La carta natal es un mapa del cielo al momento de tu nacimiento. Pero no es estática: es la base sobre la que se mueven ciclos, tránsitos y progresiones que permiten anticipar con claridad lo que viene.
Conocer tu Sol, Luna y Ascendente es el inicio, pero el verdadero poder de la astrología está en cómo esos puntos se activan con los años. Los armogramas (gráficos de tránsitos y progresiones) muestran con exactitud cuándo una energía se manifiesta: un cambio de trabajo, una relación, un bloqueo o una oportunidad.
No se trata de adivinar a ciegas: se trata de leer patrones celestes que se cumplen. Por eso, muchos astrólogos hablan de la astrología como la ciencia de los ciclos.
Cuando comprendes tu carta natal y sus movimientos, dejas de caminar a oscuras. Puedes anticipar cambios, prepararte para crisis y aprovechar cada oportunidad en el momento justo.